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0 comments | miércoles, noviembre 8


Volviendo de Shanghai hace dos semanas, me encontré con el típico truco de gente que te ofrece un taxi. Al cabo de un año en Beijing, es fácil aprender de la "viveza" oriental, y más para alguien que viene del país de los "vivos" número uno.
Por curiosidad, simulé estar interesado y los mafiosos tienen credenciales truchas del aeropuerto como si estuviesen registrados. Antes de salir del aeropuerto, pregunté el precio para comparar con el valor real que es 7 euros y los ladrones me tiraron 50 euros. Automáticamente le dije "POLICE" y grité POLICE, POLICE y el tipo salió corriendo, se cayo de la escalera mecánica y se fue todo deforme.
Ayer, saliendo de China, viene un amable chinito y me ofrece poner mis cosas en su carro y llevarlas, sinceramente, pensé que era un nuevo servicio del aeropuerto que va de la mano de esta "filosofía" china de ayuda al prójimo, que dicho sea de paso, brilla por su ausencia.
Una vez que puse las valijas en el carrito y caminamos 3 metros me suelta: "money, money" y le digo, vos no me dijiste nada de money, ahora me llevo el carro, la próxima hablá primero.
Estas situaciones, son solo algunas, muy pocas, que demuestran el espíritu chino de viveza que lejos está de ser un buen trato a los visitantes, eso si, el aeropuerto está repleto de guardias que parecen no conocer la situación ... RIDÏCULO!