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4 comments | martes, diciembre 13

Hablando con Veronica - una vieja amiga de la primaria - hoy al mediodía me comentaba sobre una amiga que decidió convivir con el novio, tener un hijo y luego casarse. Le pedí que me detalle un poco más el tema y hablando llegamos a una paradoja muy interesante …
Supongamos que la amiga, como muchas otras parejas, decidió convivir y tener un hijo para evitar la "atadura" del matrimonio ya que no es necesario contar con la firma de un papel ó un amparo jurídico para formar un hogar. A mi la idea me encanta, lo que me pregunto es: realmente es una pareja "liberal" como podríamos definirla? A lo que apunto, es a que los que no se casan pensando en que el casamiento es un papel que termina atando y "obligando" a una unión están evocando uno de los principios mas fuertes de la era conservadora. Lo que me parece, es que justamente quien es liberal, puede casarse y desligar el casamiento de la perpetuidad, dejar la duración del matrimonio supeditada a otros aspectos como el amor, la felicidad y hasta el interés, si se quiere ser más cruel. Por supuesto, también están los que no se casan por otros motivos como problemas familiares, desinterés por el "evento" y otros … a todos ellos no los involucro en la "reflexión".

4 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Atila,

Sin entrar a juzgar tus opiniones, me parece que esta reflexión no fue de las más felices que has escrito.

Con todo respeto, me explico:

1. En primer lugar hablás de una presunta "era conservadora", como si esa fuera una categoría aceptada o difundida para definir algún período de la historia. Comienzo por aclararte, entonces, que tal "era", sencillamente no existe. Si a lo que vos te estás refiriendo (no queda del todo claro) es a un período de tiempo durante el cual el hombre entendió al matrimonio como algo perpetuo, habría que concluir que la "era conservadora" de la que hablás, habría comenzado con el mismo Adán, hasta el día de hoy, pues desde que el hombre es hombre, y más allá de los matices actuales, el matrimonio ha sido entendido como inescindible de la idea de perpetuidad.

2. Como consecuencia de lo anterior, resulta imposible supeditar la duración del matrimonio a otros factores como la duración del amor, de la felicidad, de la pasión, o de la mar en coche. Imaginate esta situación: Templo (o registro civil si te gusta más): Arranca el primer cónyuge: "Yo, Pirulo, te recibo a ti, Fulana, como esposa, y prometo serte fiel, bla, bla, bla, mientras dure la pasión. El día que ésta concluya, te podés ir bien a cagar" ¡¿A vos te parece que esto (más allá del chistín final) sería realmente un matrimonio?! Creo que la respuesta es evidente: SI NO HAY VOCACIÓN MUTUA DE SEGUIR CON EL OTRO, PESE A LOS AVATARES Y DIFICULTADES QUE LA VIDA PLANTEE, NO HAY MATRIMONIO. PODRÁ HABER "ACTUAL PAREJA", "CONVIVENCIA", O COMO LE QUIERAS PONER, PERO JAMÁS MATRIMONIO.

3. Respecto de la difundida idea según la cual el matrimonio sería un "mero papel", debo aclararte (a vos y a tus distinguidos lectores) lo siguiente: Tanto el "papel", como la libreta, los anillos, e incluso la misma ceremonia religiosa, son meras exteriorizaciones del matrimonio. Podrán ser más o menos importantes o trascendentes para los esposos, pero no constituyen el matrimonio en si. Por el contrario, éste nace y se configura por el compromiso mutuo de los cónyuges, de seguir juntos hasta que la muerte los separe. Confundir por ende este compromiso en si mismo, con su instrumentación civil o religiosa, lleva a la frecuente confusión en la que vos caés: "¿Para que firmar el papel, si total ya estamos juntos? Es lo mismo!" Pues no, mi querido Ezequiel Atila, no es en absoluto lo mismo. Cuando dos "novios" se van a vivir juntos, y por más amor que afirmen tenerse, falta precisamente lo más importante para que eso pueda ser considerado un matrimonio: el compromiso de seguir juntos para siempre. Más aún: precisamente eligen ir a vivir juntos y no casarse, para no "atarse" de por vida, y en caso de "apagarse la llama del amor", cada uno pa' su casa. Afirmar, por ende, que la mera convivencia es lo mismo que un matrimonio "sin papeles", es un contrasentido, y un importante absurdo.

4. Otra de las preocupaciones que deslizás en tu "reflexión", es aquella que pasa por determinar que conducta es la más "liberal", como si el hecho de que una conducta sea más o menos liberal, tuviera alguna relación con el hecho de que es buena o es mala. Me parece, en este sentido, que más que preguntarte que es lo más "liberal" (lo cual carece completamente de interés) debería invitar a tus lectores a reflexionar acerca de que es lo bueno, y en definitiva, que es lo que puede acercar más al hombre a la felicidad. Postular, por ejemplo, que un matrimonio puede ser instuido "a plazo fijo", o bajo una condición resolutoria, podrá ser realmente muy "liberal" y francamente modernísimo, pero difícilmente lleve a los protagonistas a ser más felices. Ni hablar si han tenido hijos, sabido es el sufrimiento que en estos provoca la disolución de la familia.

5. Para finalizar, y aquí ya ingreso en lo que es mi opinión personal, creo que a lo que hoy asistimos, es a un gran egoismo, del cual nace el miedo a asumir cualquier compromiso. Lo que el hombre "moderno" busca hoy, son los beneficios que le brinda el hedonismo, el consumismo, y en definitiva, el materialismo. Paralelamente, rehuye a todo aquello que le resulte una carga, una obligación. Es por eso que, en busca de una presunta "libertad", reniega de instituciones antiquísimas como el matrimonio, despreciando así la experiencia de miles y miles de hombres que nos precedieron en la tierra, y considerandolos practicamente idiotas, por no haberseles ocurrido la genialidad de inventar los "matrimonios" por seis meses, o directamente, la llamada "convivencia". No sólo desprecia así el hombre a sus ancestros. También desprecia a su propia naturaleza.

Si es cierto que la extensión de un texto es inversamente proporcional a las chances de que ese texto sea leido por alguien, es muy probable que nadie esté leyendo (ni vaya a leer nunca) este último párrafo de mi mensaje.
Y bueh...

Pucu

11:11 p. m.

 
Anonymous Anónimo said...

Me pareció muy piola el único comentario que hubo respecto de la nota. No conozco al autor pero sus palabras y su idea de pensamiento son muy claras y muestran un mensaje muy profundo.

Me permito humildemente agregar que, quizás no sería tan tajante a la hora de hablar de la perpetuidad del matrimonio, si tenemos en cuenta que podrían existir excepciones a la regla y que, en algunos casos, es conveniente asumir la realidad de que ya no existe una pareja consolidada, antes de mantener una ficción que, de ninguna manera haría felices los involucrados.

Ahora bien, una cosa es ser flexible y otra muy distinta es sostener que el matrimonio está supeditado a algo tan frágil y quebrantáble como el simple interés de los cónyugues. Me pregunto: alguna persona se sentiría atraída de casarse con alguien que en tan solo un abrir y cerrar de ojos podría echar todo a perder porque ya no siente interés? Yo creo que no, a menos que fuese un masoquista.

Por otro lado, y por lo que halagué en un principio al comentarista, es porque considero sumamente valioso a quien hoy en día todavía tiene el valor de asumir un compromiso y no pretende decirse libre para justificar el miedo que le provocaría una situación semejante.

Entiendo que exiten dos tipos de personas: aquellas que son libres y las que no lo son. Desde ya adelanto que mi concepto de libertad difiere mucho del de Atila.

Circunscribiendo el concepto al tema que veníamos hablando, considero que sería libre aquel que contrajera matrimonio luego de haber conocido profundamente a la otra persona, quizá convivido, que hubiere pasado momentos malos, incómodos, que conozca a la perfección cada uno de los defectos de su pareja, y aún así, con la plena libertad de NO HACERLO, la SIGA ELIGIENDO.
Eso significa que, a pesar de todo lo malo, la balanza da positivo, y que lo que gana el que elige es mucho más de lo que pierde. La libertad, en este caso, radica en el conocimiento de todo lo malo y todo lo bueno antes de decidir. Piensan que alguien se podría equivocar después de esto? Puede que si, uno nunca tiene todo asegurado, pero las probabilidades son mucho menores.

Por otro lado, y siguiendo con la idea, entiendo que no son libres quienes contraen matrimonio por algún imperativo, estructura, tradición familiar, etc. Aquellas personas, en el momento de decidir, lo que les da positivo en la balanza, no es su propia felicidad sino el llegar a ser lo que alquien esperó de ellos. Más tarde o más temprano, aquellas razones caen por su propio peso, pues, no han sido decisiones propias sino de otros.

Asimismo, no son libres quienes por contraposición a esta idea, pretenden idear un concepto de matrimonio nuevo, tomo las palabras ya utilizadas: "sujeto a plazo fijo" o a "condición resolutoria".
Esta manera de pensar, me permito opinar, (puedo equivocarme), es solo un acto de rebeldía o porque no de cobardía, que muy lejos está de hacer feliz a una persona.

No es más feliz quien más se aparta de las estructuras por el sólo hecho de apartarse. Pareciera que quien piensa asi, tuviera la imperiosa necesidad de ir en contra de todo o elegir a cualquier precio lo prohibido, sin considerar aquello que eventualmente podría parecer conservador, pero que si se trata de una elección genuina, quizá nos puede hacer felices.

La felicidad no está en la contraposición, sino en la libertad de permitirnos elegir aquello que nos hace crecer como personas, que nos hace más humanos, dejando de lado si la elección es o no conservadora. No hay que perder demasiado tiempo en eso.

No puedo hablar desde la experiencia, pero tengo la sensación de que si uno elige con libertad, el poder tomar el compromiso del casamiento, debe hacer mucho más plena la vida de la persona y por supuesto la vida de la pareja.

Luciana.

7:51 p. m.

 
Blogger Atila said...

Pucu,

Antes que nada, darte las gracias por escribir y aportar tu punto de vista. Como te dije muchas veces, disfruto de leerte y del empuje a pensar que me das.
Me resulta quizás raro ó un poco desproporcionado recibir menuda crítica en este post y no haber recibido siquiera dos ó tres palabras en el post donde está tu hijo hablando y hago alusión a los momentos que juntos vivimos …
Finalmente, antes de comenzar con mi punto de vista, te pediría que de ahora en más, intentes ser un poco mas breve ya que me demora mucho tiempo leerlo y responderlo - entenderás que todos no tenemos tu habilidad para escribir -. Creo que la finalidad del comentario es generar un dialogo y no una expresión unidireccional no?

1. Quizás "era conservadora" no fue el termino apropiado aunque afortunadamente veo que lo comprendiste. En rigor, utilizo este período ó hito para definir una línea ó un límite - seguramente no muy claro - entre nuestros abuelos ó bisabuelos y nuestra generación. Según me contaron, la idea de separación ó divorcio no existía en sus mentes y hasta seguramente llegaban a ser socialmente condenados de solo pensarlo.
2. Comparto, mi estimado Martin, que debe haber vocación, entendimiento, tolerancia pero no como eje principal ó motivador del matrimonio. Seguramente que hay períodos ó vaivenes en los cuales haya menos pasión y hasta llegue uno a plantearse para que esta casado. Para nada estoy pregonando con la idea de una separación inmediata pero si lo evaluaría como posibilidad si la pareja no retorna a sus bases.
3. Aclararte respecto a este punto que yo no lo creo así, hice referencia a las personas que si lo creen. Me parece un poco agudo tu forma de abordar la convivencia, uno puede elegir ir a vivir con la otra persona justamente para conocer más profundamente a la otra persona antes de "comprometerse" de por vida.
No solo por "apagarse la llama del amor" pueden decidir terminar una relación sino que pueden descubrir que sus formas de vivir el día a día y otros aspectos íntimos son bastante incompatibles y ven un esfuerzo muy grande el comprometerse a una unión.
En ningún momento afirmé que el matrimonio es sinónimo de convivencia.
4. Creo que esto ya es una crítica desmedida, no estoy evaluando qué es más liberal, simplemente encontré un punto, a mi entender flaco, en una postura y me pareció interesante comentarlo.
Comparto profundamente que la disolución de la familia genera un sufrimiento profundo pero no podemos negar que formar parte de una familia en donde las discusiones, las agresiones, los maltratos y la desconexión es el plato del día sea un entorno agradable y rico para crecer.
5. Me parece una generalización y como sabrás no las tolero. De que obligación me estas hablando si justamente el "hombre moderno" es quien sabe que se puede casar siete veces si así lo deseara …

Te mando un abrazo grande,

Atila.

11:16 a. m.

 
Blogger Atila said...

Antes que nada … bienvenida Lu,
Estoy totalmente de acuerdo con no ser tan tajantes, creo que hay casos y casos y no se puede mirar todo con la misma lente.
Una vez más, no dije que solo debería estar supeditado al "simple" interés, lo que propuse, es que a mi me gustaría que la base sea el amor, el deseo, el compartir … etc. Seguro que en algún momento esto puede bajar ó hasta mutar pero estoy en contra de continuar perpetuamente un matrimonio vacío de emociones por el compromiso asumido.
Comparto también el halago a los "valientes" que hoy deciden casarse aunque igualmente creo que más valientes eran los de antes que separarse era una utopía.
No entiendo lo de libertad, no veo porque aclarar que tu concepto es distinto al mío - no es relevante - y de todas formas no lo veo tan así …
Desde esa parte en adelante comparto todas y cada una de las letras que plasmas en tu comentario, sin lugar a dudas, realmente libre es quien conociendo todo ó mejor dicho - todo lo que quiere conocer - realmente elige. Que triste es estar en la situación de los que siguieron los deseos de los otros ó continuaron con un mandato ó porque no, una tendencia …
A mi también me parece una idiotez quien se opone a todo porque si, vos me conoces y soy un tipo que le gusta pensar distinto pero para nada pensar distinto significa ser un constante opositor sin fundamentos. Creo que valioso es quien piensa distinto y defiende una idea después de haberla pensado, procesado, se siente cómodo con ella y no la defiende por el mero hecho de estar en contra de otra.
No concuerdo tannnnto con lo último, creo que esta todo bien con la idea de casarse y me parece muy bueno por muchos aspectos pero para mi, lo que hace plena la vida de un matrimonio es sus ganas de estar juntos, su capacidad de proyectar y crecer juntos en fin … sus ganas de compartir la vida a pleno.

Besos y gracias.

11:16 a. m.

 

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